4 jul 2013

Carta de la chica que bailaba con el viento: Decir adiós



Era una de esas noches de marzo tan frías como ella se sentía, con toques de desesperación decidió enviar una carta al chico que compartía sus días. 


Gordo antes era una esponjita, me creía invencible, me creía importante, segura. Antes me creía merecedora de alguien como tu y porque no, de explotar las mejores cosas en mi para ti y viceversa. 


Ahora de ello tan sólo soy un anhelo y un recuerdo. Mi amor intento ponerme esa máscara de dura, y caminar a tu lado pero sólo consigo arrastrarme, hay algo más allá de lo mental o no sé que mismo sea, pero mis piernas no responden, estoy manchada, estoy desarmada, enlodada y no tengo que ofrecerte nada, sólo mi desesperación y dolor. Soy tan patética emocionalmente, que no mereces eso en mi... Tu me has tendido tu mano incondicionalmente y me has llenado de amor, has estado enjuagando mis heridas, has tratado de barrer mis fantasmas y yo me he puesto en tu espalda, pero no logro levantarme por mí misma pese haberme tendido tu mano. 

Hoy lo racional lo he dejado a un lado y solo te estoy hablando de los más profundo y oscuro de mi alma. A veces creo que ya ni la tengo y que tan solo causaré en ti más daño del que he venido haciéndote. 

He empezado a llenar mi camino de intenciones, pero los mismos no son suficientes, aún me falta voluntad, y me falta tomar nuevos sueños para irlos construyendo. Hoy más que desconfiada que era uno de mis defectos de siempre, soy una miedosa que no quiere ver con nuevos ojos, soy tóxica y aveces hago cosas sin proponérmelo. No eres un santo, no estás en un altar, sé que eres humano pero has tenido algo que a mi me falta; valentía y mucho amor.

Has sido un excelente confidente, y no sé de que te agarras pero estás allí y quisiera al menos ser la mitad de lo que eres. Sé que no estoy feliz del todo ni estable por ende no podré contribuir eso en la relación que intentamos formar, te he fallado mucho y todo lo he hecho al revés, no sé trata de comprender es cuestión más bien de saber soltar. 



Sé que hay cosas comunes en humanos que pueden cualquier rato salir y es entendible. Quisiera darte paz al menos, pero no hay nada en mi. Espero días mejores, espero resurgir, espero emocionalmente que el tiempo pueda ponerme más macha como dices tu, que pueda sonreír en ese aspecto, que pueda tener mucha luz, que se cambien todas estas lágrimas por felicidad prolongada. Que mis ojos puedan volver a hablar con tu alma, porque yo me he desconectado, porque siento que amas a una muerta, donde su tumba tiene flores que apenas te tocan pero no es suficiente lo sé.

Yo siempre quise explotar de amor, vivir un amor  loco que se enamora de las cosas sencillas, que te admira, que te alienta, pero me has cogido en el momento menos indicado. Solo se que cualquier rato las cosas no pueden seguir así. 

Que tengas presente que no he reclamar nada si tu lucha se para, o tu paciencia se apaga,  porque no te he ofrecido nada más que dolor, corajes y decepción, apenas pequeños momentos, no porque me lo proponga sino que es lo que ahora tengo y aunque sean migajas comparadas a lo que me das, tienen mucho valor.


Te quiero mucho.


PD: 
No me gusta que me pilles indefensa, no quiero parecer una dramática depresiva, pero sabes que escribir me hace bien. Perdona por meterte en una batalla que debe resolverse por mi misma.

No hay comentarios: